El Mundial de 1954 se celebró en Suiza y es recordado como uno de los torneos con mayor promedio de goles por partido en la historia. Fue un campeonato vibrante donde se vio un fútbol ofensivo y dinámico. Participaron 16 equipos y fue el primer Mundial en ser transmitido por televisión, lo cual aumentó su alcance e impacto a nivel global. El torneo también implementó nuevas reglas de sorteo y formato que generaron emoción e incertidumbre desde la fase de grupos.
Uno de los momentos más inolvidables fue la final disputada entre Hungría y Alemania Occidental. Hungría, que venía invicta y con una poderosa ofensiva liderada por Ferenc Puskás, era la gran favorita. Sin embargo, Alemania sorprendió al mundo con una victoria por 3-2 en lo que se denominó el "Milagro de Berna". La estrategia alemana, su fortaleza mental y su capacidad de adaptación marcaron un punto de inflexión en la historia del fútbol competitivo.
El torneo dejó lecciones importantes sobre humildad, superación y táctica. Alemania Occidental logró su primer título mundial, iniciando una dinastía que influiría en el fútbol europeo por décadas. Por su parte, Hungría, pese a la derrota, dejó un legado por su estilo innovador y su habilidad técnica. El Mundial de 1954 no solo coronó a un campeón inesperado, sino que también demostró que la historia del fútbol podía cambiar en 90 minutos.