El Mundial de 1982 marcó un hito importante en la historia del fútbol al ser la primera vez que participaron 24 selecciones, lo que aumentó la competitividad y diversidad del torneo. España fue el país anfitrión, llevando el fútbol mundial a múltiples ciudades como Barcelona, Sevilla, Valencia y Madrid. La organización fue celebrada por su colorido, calidez y espíritu festivo, típico de la cultura española.
La competencia tuvo momentos inolvidables, como la dramática semifinal entre Alemania y Francia, decidida por penales después de un empate 3-3, siendo el primer partido de la historia de los mundiales que se resolvía desde los once metros. También se destacó el juego ofensivo de Brasil, con figuras como Zico y Sócrates, aunque fueron eliminados por una sólida Italia en uno de los partidos más recordados del torneo.
Italia, que había comenzado con dudas, terminó alzando su tercer título mundial tras derrotar a Alemania Federal 3-1 en la final disputada en el estadio Santiago Bernabéu. El delantero Paolo Rossi fue la gran figura del certamen, llevándose la Bota de Oro como goleador. El Mundial de 1982 consolidó a Italia como una potencia histórica y dio un impulso al fútbol europeo, a la vez que dejó memorables historias de pasión, talento y emoción.