El Mundial de 1990 se celebró en Italia, país con una rica tradición futbolística. Este torneo es recordado por su gran organización, sus estadios modernos y la fuerte carga táctica que predominó en muchos encuentros. A pesar de que el espectáculo en el campo fue limitado en comparación con otros mundiales, Italia 90 dejó momentos icónicos y un ambiente único, acompañado del himno oficial "Un'estate italiana", que se convirtió en símbolo de aquella edición.
Una de las grandes sorpresas del torneo fue la selección de Camerún, que con el liderazgo del veterano Roger Milla llegó hasta los cuartos de final, haciendo historia para el fútbol africano. Por otro lado, Alemania Federal mostró gran solidez desde el inicio del torneo, superando con claridad a sus rivales hasta llegar a la final, donde se enfrentó a Argentina en una revancha del Mundial anterior.
La final se disputó en el Estadio Olímpico de Roma y fue un duelo cerrado y polémico. Alemania venció a Argentina por 1-0 con un gol de penalti de Andreas Brehme en los últimos minutos. El equipo dirigido por Franz Beckenbauer se consagró campeón del mundo por tercera vez, convirtiéndose en una de las selecciones más exitosas de la historia. Italia 90 dejó una huella nostálgica por su estética, su música y su atmósfera, aunque futbolísticamente fue una de las ediciones menos goleadoras.