El Mundial de 1994 se celebró por primera vez en Estados Unidos, un país sin una tradición futbolística sólida pero con grandes capacidades organizativas. Fue el torneo con mayor asistencia en la historia hasta ese momento, y ayudó a impulsar el crecimiento del fútbol en América del Norte. Los estadios colosales, la cobertura mediática y el estilo comercial marcaron una edición que combinó espectáculo y deporte de manera inédita.
Dentro del campo, Brasil y Italia se destacaron, avanzando hasta la final. Otras selecciones como Bulgaria y Suecia sorprendieron con sus notables campañas. Diego Maradona regresó con Argentina, pero fue excluido del torneo tras un escándalo por dopaje, dejando un vacío importante en el espectáculo. Roberto Baggio fue la figura italiana, llevando a su equipo hasta la definición del título.
La final, disputada en el Rose Bowl de Pasadena, terminó 0-0 tras tiempo suplementario, y se definió por primera vez en la historia en una tanda de penales. Brasil se impuso 3-2, logrando su cuarto título mundial. El penal fallado por Baggio quedó grabado como una imagen icónica del torneo. El Mundial de 1994 dejó una mezcla de espectáculo y emoción, y fue clave para que Estados Unidos se involucrara más activamente en el fútbol mundial.